Ese laberinto, con recovecos
infinitos.
Te pierdes, me
encuentro.
Te llamo a veces
cuando sueño.
Me respiras
y me devuelves
oxidada al mundo.
Toxica,
maniaca,
paranoica.
Me respiras
y me hago parte tuya.
Soy en tu nariz,
en tus ojos,
en tus pulmones.
Luego
te pierdes,
luego
me encuentro.