11 feb 2011

Creación

Llueve la mañana en tu sombra,
sangrando claras penumbras.
Arde el asombro en tu memoria,
se ha marchado un trozo de esperanza.

La quietud del alma insomne,
precipita palabras en mi boca.
No ha habido rastro alguno de tus manos,
el aire de tristeza atiborrado.

Llueve la ciudad entera,
como queriendo descubrir palabras.
Ausente de los días y quimeras
que inundaron vidas pasadas.

La quietud del pensamiento ingenuo
ha llenado la risa de un niño,
y el sonido circunstancial de produjo,
la inocencia creadora se ha visto.


Si el arte es indefinible, para que defender lo indefendible?