Se llamaba como Gardel
y me enseñó a volar sobre mis pies.
Se llamaba malevaje y piel de anís
y me dejó lleno el sudor del vals.
Mañana se fue y no creo que volverá,
pero su crecer dura una eternidad.
Con nombre de hombre
no fue él.
Fue ese qué se yo
que te hace descubrir una verdad.
y me enseñó a volar sobre mis pies.
Se llamaba malevaje y piel de anís
y me dejó lleno el sudor del vals.
Mañana se fue y no creo que volverá,
pero su crecer dura una eternidad.
Con nombre de hombre
no fue él.
Fue ese qué se yo
que te hace descubrir una verdad.