Los estudiosos de la mente humana dicen que el loco nunca admite estar fuera de sus cabales, ésa es su característica principal.
Curiosamente la editorial “Tiempo” publicó en el año 1975 un libro titulado “El Loco” de Khalil Gibrán.
A veces suelo preguntarme, cuando mi mente yace en la blancura y la pureza de mis ideas, ¿hasta qué punto somos cuerdos?
“… y en mi locura he hallado libertad y seguridad; la libertad de la soledad y la seguridad de no ser comprendido, pues quienes nos comprenden nos esclavizan…”Ésta cita, extraída del libro anteriormente mencionado, dispuso sobre el cielo de mis pensamientos algunas nubes de lluvia y la lluvia era tiempo.
La relación tiempo-espacio, física pura. La relación mente-corazón, pocos se atreven a jugar con ella. La relación tiempo-locura ¿qué es normal?.Todos vemos tan solo una porción de realidad, pues nadie conoce la realidad absoluta. Mientras unos aman, otros odian; mientras unos hablan, otros callan; mientras unos cuentan el tiempo, otros olvidan; y mientras unos dicen ser cuerdos, otros, poco a poco, enloquecen.
Contar el tiempo, como gotas de lluvia, como agua que se escurre; ese goteo constante que penetra en el cerebro, que ahonda en los sentimientos, que cambia cosas, colores y formas, que desvanece la memoria.
El que carece de cordura posee la libertad de la soledad, mientras que para los “normales” la soledad es una prisión.
La sociedad se empeña en insertar una cultura de comprensión, mientras que Gibrán nos dice (inherente a mi pensar) que la comprensión nos esclaviza. ¿Entonces es que la sociedad busca esclavos? Cuánto ha avanzado la humanidad, ó es que sólo hemos caminado sobre una cinta de ejercicio con una pantalla de plasma delante nuestro que nos ha hecho creer que recorríamos los mas verdes prados de la historia… y de nuevo caemos en la cuenta del tiempo, regresiva y ascendente, explanada y alta, el goteo constante.
El denominado loco posee conductas fuera de lo común, y lo común es establecido por una historia, un contexto, una cultura. Existen los locos inofensivos y los locos agresivos; locos sumidos en si mismos (parecidos al síndrome autista) y los locos que se relacionan, como queriendo contagiar su locura.
¿Acaso no hay “normales” agresivos y otros inofensivos? ¿Acaso no hay personas sumidas y otras sociables? ¿Acaso no hay alegría y búsqueda de felicidad en cada ser humano? … ¿Acaso no hay líneas imaginarias, como el ecuador, que dividen hemisferios en la mente?
Quién ha inventado el tiempo, quién fue el loco que intentó ordenar los sucesos, quién fue el “cuerdo” que creyó que se podía.
Hay líneas, tan tangibles como un territorio, tan finas como un cabello, que defienden lo indefendible, que dividen lo que no se divide, que advierten una separación de puro orden, establecido por el tiempo: lo normal y lo anormal.
Quién fuera el necio que por ser diferentes los llamó locos.
En mi postura está mi porción de realidad, la que se vive día a día, luchando contra un sistema que con el paso del tiempo nos impone cosas con el título de “normal”, y nosotros, y ellos, los “cuerdos”, aceptan que sean llamadas normales y que las “tengan que vivir”.
En la blancura y la pureza de mis ideas se me ocurre pensar que esta soledad ineludible, mi “locura”, es mi libertad, como lo dijo ya Gibrán. Sólo hemos sido robots de un sistema que nos ha dado por nombre “gente normal” hasta que, con el tiempo y la física, y la razón mezclada con el corazón nos atrevemos a cruzar la línea… a ser diferentes.
Quizás esto también, como el resto de las cosas, tiene su costo, ser llamados locos. Y quizás de eso se trata la vida, de aceptar ciertos títulos, aunque quienes los pongan no entiendan que el goteo, el tiempo, es insoportable e intolerable cuando se ensucia la pureza de las ideas, de los pensamientos.
La mente humana es la máquina mas perfecta que han creado las manos de Dios.Ensayo Literario
Autor: Verónica Nerea Sacur