Ella tiene el aroma de un naranjo
Y de las cerezas rojo ardiente los labios.
Ella se mueve en dos o tres pasos,
Cortitos, contundentes, decididos,
no sabe muy bien a dónde va caminando.
La tierra, de celos, le lame los pies
Y le chupa los dedos con el barro.
Como queriendo probar
La autenticidad de su caminar.
Y las ramas de los árboles la arañan,
Pensando que va muy rápido.
Pero ella se mueve a un son de otros bosques,
Y de tambores
subterráneos.
Que la trague la montaña,
Que la absorba, que le empape de lluvia la mirada!
Que vivir no está en la sangre,
Que vivir está en el alma!
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Suite Nordeste - cuatro pequeños movimientos - 1&2 del Chango Spasiuk
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