Hace algunos días que pienso en ese tipo de novelas, casi de antaño, entre los '60 y los '80, que sus publicaciones fueron prácticamente una moda, antes del golpe tecnológico, que hablaban de la evolución de la humanidad o la suplantación de los seres humanos por la generación de Robots.
Y después me doy con una serie de acontecimientos en mi vida, en los que me doy cuenta, que probablemente tenían razón, y al fin entiendo la metáfora.
Somos nosotros. Nos estamos convirtiendo en Robots.
Recuerdo vagamente esa película donde actuaba Robin Williams, encarnando un personaje de un Robot con sentimientos, que podía llorar, pero no le caían lágrimas.
Si, somos todos nosotros.
Es tan ilógico estar dando vueltas para decirle a alguien lo que sentimos,
tan ilógico tener que concebir un "plan maestro" de conquista,
cuando el apreciar a alguien, querer, amar, lo legitima todo.
Nos estamos deshumanizando, estamos evolucionando hacia la tecnología robotica,
pareciera que los sentimientos, las emociones y las decisiones sobre nuestras vidas debe ir al ritmo de toda esa vorágine tecnológica, como si decidir pasar el resto de la vida con alguien se tratara de aferrarse a un modelos viejo y anticuado. Como algunos piensan, por que aferrarse a una Tv de tubo si puedo tener un plasma?
Acaso no escucharon hablar del vintage? Yo voto porque en las relaciones humanas seamos bien vintage.
El juego de la conquista genera cosas hermosas en una relación, de cualquier tipo;
el problema está que no estamos aprendiendo cuándo parar el juego y empezar a vivir de veras.
Entiendo que querer a alguien, con todo lo que ese "alguien" significa, con todo su mundo,
está pasado de moda, pero soy de la resistencia... Quiero poder decir libremente "te quiero" sin que piense que eso significa "me quiero casar con vos"; quiero poder decir libremente, sin manipulaciones, sin juegos de tire y afloje, que "te extraño locamente", que a veces me pongo triste sólo por no verte, sin que el otro piense, porque no está acostumbrado a personas que EXPRESEN LIBREMENTE, que soy dependiente de él.
Soy autónoma, y por eso PUEDO ELEGIR.
Soy HUMANA, y por eso SIENTO, HAGO, DESHAGO, VOY, VUELVO, PIENSO.
Soy Vintage.
Y después me doy con una serie de acontecimientos en mi vida, en los que me doy cuenta, que probablemente tenían razón, y al fin entiendo la metáfora.
Somos nosotros. Nos estamos convirtiendo en Robots.
Recuerdo vagamente esa película donde actuaba Robin Williams, encarnando un personaje de un Robot con sentimientos, que podía llorar, pero no le caían lágrimas.
Si, somos todos nosotros.
Es tan ilógico estar dando vueltas para decirle a alguien lo que sentimos,
tan ilógico tener que concebir un "plan maestro" de conquista,
cuando el apreciar a alguien, querer, amar, lo legitima todo.
Nos estamos deshumanizando, estamos evolucionando hacia la tecnología robotica,
pareciera que los sentimientos, las emociones y las decisiones sobre nuestras vidas debe ir al ritmo de toda esa vorágine tecnológica, como si decidir pasar el resto de la vida con alguien se tratara de aferrarse a un modelos viejo y anticuado. Como algunos piensan, por que aferrarse a una Tv de tubo si puedo tener un plasma?
Acaso no escucharon hablar del vintage? Yo voto porque en las relaciones humanas seamos bien vintage.
El juego de la conquista genera cosas hermosas en una relación, de cualquier tipo;
el problema está que no estamos aprendiendo cuándo parar el juego y empezar a vivir de veras.
Entiendo que querer a alguien, con todo lo que ese "alguien" significa, con todo su mundo,
está pasado de moda, pero soy de la resistencia... Quiero poder decir libremente "te quiero" sin que piense que eso significa "me quiero casar con vos"; quiero poder decir libremente, sin manipulaciones, sin juegos de tire y afloje, que "te extraño locamente", que a veces me pongo triste sólo por no verte, sin que el otro piense, porque no está acostumbrado a personas que EXPRESEN LIBREMENTE, que soy dependiente de él.
Soy autónoma, y por eso PUEDO ELEGIR.
Soy HUMANA, y por eso SIENTO, HAGO, DESHAGO, VOY, VUELVO, PIENSO.
Soy Vintage.