21 may 2012

Fui feliz ese día (para mi padre)

La felicidad dura solo un momento,
como verte intermitente,
entre las letanías eternas,
las vidas que nos hemos perdido.

Corta es la felicidad,
pero que sabor!
que sabor a infancia tuvo ese enero,
el enero mas bonito que pasamos.

Es un día, eterno en mi pensamiento,
porque me lo dicta la sangre,
no un lazo pasajero.

Es la lejanía,
lo que me duele en las entrañas,
como ausencias vagas, como costras encarnadas.



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1 comentario:

jorge dijo...

muchas veces mis ojos han descargado tristezas, enojos y alegrías, pero ésta vez el río que se vierte de ellos tiene un sabor agridulce por tus palabras tan hermosas, tus sentimientos tan vívidos y frescos y por ésta realidad tan amarga que no me deja cambiar el rumbo de los acontecimientos. Te amo, y yo se que éste bello poema es un trozo enorme de tu corazón; gracias por tenerme dentro de él y por ser como sos.

Si el arte es indefinible, para que defender lo indefendible?